jueves, 6 de agosto de 2009

PREPARACIÓN FÍSICA, ENTRENAMIENTO Y BUCEO


El buceo es una actividad que practicada en forma recreativa o deportiva, tiene como pilar fundamental la seguridad. La obtención de la misma no sería posible sin el conocimiento previo, que para los submarinistas, son los cursos de formación.
La participación en esta actividad tan particular, desarrollada en un medio no aéreo y de
mayor densidad es facilitada por el uso de equipamiento, permitiendo al buzo ver, protegerse del frío, trasladarse y respirar.
El conocimiento que se adquiere en los cursos informa que el cumplimiento de determinadas pautas de profundidad y permanencia, minimiza los riesgos.
El volumen del equipo necesario para el buzo implica un traslado lento, de movimientos más dificultosos. Su límite es la carga de aire exenta de reserva, para optimizar el consumo de aire sabe que es prioritaria su tranquilidad y pausado avance.

Estas últimas descripciones generan apreciaciones equivocadas en la mayoría de los submarinistas, curso realizado, elección de equipamiento apropiado, movimientos lentos para optimizar el consumo, entrenamiento no necesario.

La seguridad en el buceo es obtenida mediante el conocimiento previo, que permite el razonamiento y solución de situaciones imprevistas. La elección del equipo adecuado y un entrenamiento físico que contemple el repaso de métodos y técnicas, las prácticas de simulaciones de eventuales emergencias, y un estado físico saludable que resista el traslado con la adición de equipo voluminoso en distancias considerables.

El entrenamiento permite la obtención de resistencia, mantiene activos los músculos de piernas y torso inferior, utilizados en propulsión, giros y correcciones de nivel.

La actualización de técnicas y simulación de situaciones mejora el rendimiento.

Conocimiento y preparación física predisponen favorablemente para limitar condiciones de stress y favorecer la autoestima.

Si nuestro cuerpo responde adecuadamente podremos reaccionar con mayor rapidez ante cualquier problema (y todos sabemos que el tiempo de reacción puede suponer la diferencia incluso entre la vida y la muerte), además seremos capaces de salir de situaciones comprometidas, evitaremos posibles lesiones y, lo que también es importante, podremos disfrutar más de la inmersión.

Con el incremento del rendimiento se aumenta de forma paralela la captación de oxígeno. Así el corazón se "hace más grande"; por lo que el submarinista entrenado precisará de una actividad cardíaca menor que el no entrenado, frente al mismo esfuerzo de trabajo.

A pesar de que la mayoría de las situaciones de buceo no precisarán un extraordinario grado de preparación física, y por lo tanto las inmersiones pueden ser disfrutadas por personas de diferentes edades con mayor o menor preparación física. No obstante un cierto grado de preparación física añadirá seguridad a las inmersiones ya que influye directamente en dos de los aspectos más importantes: consumo de aire y energía.

Los submarinistas mejor preparados serán aeróbicamente más eficientes y dispondrán de mayor reserva de energía que los no preparados.

Una corriente inesperada, un cambio de condiciones durante la inmersión, mar de fondo, errores de navegación, etc. requerirán mayor reserva de aire y energía, esto pondrá a prueba la preparación tanto técnica como física del submarinista.

La simple costumbre de efectuar ejercicios aeróbicos durante nuestra actividad diaria, como subir escaleras, nadar, andar, montar en bicicleta, etc. Nos ayudará a mantener una preparación aeróbica que nos resultará muy útil en nuestras inmersiones. Está claro que cuanto más ejercicios tanto aeróbicos como anaeróbicos realicemos mejor preparados nos encontraremos tanto para nuestra actividad diaria como para nuestras inmersiones.

Evidentemente no hace falta ser un atleta pero nunca está de más tener una condición física aceptable para practicar nuestro deporte.
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