lunes, 21 de septiembre de 2009

ACCIDENTES: BAROTRAUMATISMO RESPIRATORIO


EL SÍNDROME DE SOBREPRESIÓN PULMONAR

FISIOPATOLOGÍA

En situaciones de emergencia o panico, el buceador puede ascender bruscamente y a abandonar en apnea la profundidad, ya sea en inmersiones de trabajo como de ocio.

Sin perjuicio de los accidentes decompresivos a que ello puede inducirle y que dependerán de la profundidad máxima alcanzada y del tiempo que haya permanecido en el fondo, la disminución súbita de la presión producirá un aumento de volumen del aire intrapulmonar que podrá sobrepasar con facilidad en un corto espacio de tiempo su límite de distensión y de expansión, El buceador debe expulsar durante el ascenso todo el aire sobrante de los pulmones de lo contrario se producirá una lesión orgánica de importancia. Si por ejemplo la emergencia se produjera estando a una profundidad de unos 30 metros su capacidad pulmonar teórica de 5 litros a la presión de 4 atmosferas (405 kPa) se convertirán en 20 litros al alcanzar la superficie, es decir, el buceador deberá eliminar durante el ascenso los 15 litros de aire sobrante. En caso contrario el exceso de volumen intrapulmonar provocaría una serie de fenómenos adversos. Durante unos momentos la cavidad torácica se convierte en un recipiente a presión, que mantiene la presión intratorácica superior a la ambiental. El aire atrapado buscará salida por todas las vías posibles permeabilizando los conductos y espacios virtuales.
Los pulmones hiperextendidos sobrepasarían sus límites de expansión y provocarían desgarros o ruptura del parénquima, que en casos extremos podría incluso llegar a provocar un estallido pulmonar. En caso de existir obstáculos a la libre circulación aérea, debidos a tapones mucosos por ejemplo, en este caso la ruptura podría estar circunscrita solamente a algún lóbulo o algún segmento.
En algunas ocasiones los pulmones, bien protegidos por sus propias estructuras podrían llegar a adaptarse a la presión sin llegar a producirse lesiones orgánicas. En estos casos el aire buscaría salida por vías naturales, convirtiendo en reales espacios y conductos virtuales y abriendo comunicaciones arteriovenosas y arteriocapilares, manteniendo seguramente la integridad anatómica pero accediendo el aire a zonas extrapulmonares dando lugar en la mayoría de los casos a un neumotórax o neumomediastino, enfisema subcutáneo y embolismo gaseoso.

Para evitar este tipo de problemas nunca está de más el tener en cuenta la posibilidad de que uno se pueda encontrar en situación que implique el ascenso en apnea y intentar realizar ejercicios de preparación para estos casos. Es bastante díficil encontra un buceador que sea consciente de estos temas, sobre todo porque la instrucción sobre esto suele darse de forma muy breve y no volver a repasarse por la mayoría de los submarinistas, sobre todo en el caso de los deportivos.

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